Por eso la celebración de la Semana Santa en sus aspectos litúrgicos, procesionales y espirituales, ha de ser una llamada a la reflexión y al perdón, que nos conduzca a desterrar el egoísmo y la mentira para alcanzar una sociedad más sincera y más justa y que la celebración de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor, nos ayude a encontrar el verdadero sentido de nuestras vidas. Como ya es habitual, el broche de oro al pregón fue musical y un trío de cámara nos deleitó con obras de Bach, Schubert, Haydn y Fauré, entre otros, interpretadas magistralmente con violín, contrabajo y piano.